Aparte de cuestiones de higiene o preventivas, puede servirnos para mostrar hasta qué punto somos vulnerables y que todos dependemos de todos.
Esta inspiradora respuesta de José Antonio Marina publicada el pasado 14 de marzo pone sobre la mesa dos grandes reflexiones que están impactando en la escuela e inoculando el germen de una transformación que aún no está claro dónde va a llegar.
El confinamiento de millones de familias en sus hogares y el cierre de las escuelas ha provocado una disrupción sin precedentes en el mundo educativo. La actividad de aprendizaje ha desaparecido de los colegios y se ha desplazado a las viviendas. La presencialidad se ha transformado por distancia, y el liderazgo del proceso de enseñanza ha pasado a ser compartido por docentes y familias.
Y todo en un contexto de incertidumbre, de cambio radical de las formas de vida y de trabajo, y de cierto temor a los efectos de un enemigo desconocido.
La respuesta fácil a este reto pasa por pensar que las cuarentenas escolares se van a solucionar con propuestas de elearning de forma exclusiva.
Tras un comienzo titubeante, la escuela (entendido el término como la comunidad de personas, organizaciones y entidades que participamos en el sector educativo), ha reaccionado de una manera impresionante, generando un nuevo orden -de momento algo desordenado-, dirigido a mitigar el desconcierto y ayudar a los estudiantes a continuar con sus procesos de aprendizaje.
Se perfila una especie de mutación de la escuela que va a llevar a propagar su actividad y su área de influencia hacía lo digital, el hogar, las familias, otras formas de gestionar los tiempos, otros conceptos de aprendizaje, el desarrollo de otras habilidades en los estudiantes, otras maneras profesionales de los docentes, otra formas de liderar… En definitiva, aumentando la presencia en contextos en los que hasta ahora ésta era menor.
¿Nos estamos dando cuenta de ello?
Como afirmaba el profesor Antonio Rodríguez de las Heras en una entrevista el pasado fin de semana: “Las sociedades no están preparadas para pasar las clases de un formato presencial a otro virtual, aunque existan ensayos que funcionen. El cambio pasa por transformar las estrategias educativas y las estrategias de comunicación entre alumnos y estudiantes. Siempre hay una inercia al cambio. Y el mundo educativo es muy resistente a este cambio. Todos estos cambios son avisos que se han dado en distintos momentos de la historia que nos van a llevar a un cambio de mentalidad que va a llegar”.
En el Observatorio de SantillanaLAB estamos analizando con detalle la reacción que se está produciendo y monitorizando las distintas iniciativas que se están poniendo en marcha en nuestros mercados (y fuera de ellos). En este enlace puedes acceder a las casi 100 acciones que hemos detectado hasta ahora y que irá creciendo.
Nueve fuerzas que mueven la respuesta de la escuela a la crisis.
Según nuestro análisis de la situación, la transformación educativa que se está inoculando y que comienza a propagarse se apalanca sobre las siguientes fuerzas:
• Emerge el T2T2B (Teachers to Teachers to Business). Quizá sea un acrónimo nuevo pero explica perfectamente un movimiento fuerte de docentes que capacitan a docentes en soluciones de las grandes compañías tecnológicas. Son coaches, comerciales, formadores, facilitadores y evangelizadores legitimados. Y no se ve a muchos de ellos recomendando plataformas de editoriales... En Inevery Crea se está haciendo un seguimiento muy exhaustivo de este fenómeno.
• Las familias han pasado a ser un factor muy necesario en la ecuación. Su peso específico aumenta ya que pasa a compartir el papel de “autoridad” en el proceso. Muchos no se han dado cuenta aún pero lo que surge la necesidad de acompañarlos en este desafío.
• Los accesos gratuitos a los productos se han multiplicado. Pero ojo, ofrecerlos es colaborar, es demostrar compromiso, pero también es añadir nuevos usuarios de forma orgánica y testar el producto. Es una oportunidad legitimada para abrir nuevos mercados.
• GAFAMS con músculo pero sin corazón. Estresan las versiones educativas de sus herramientas: videoconferencia, almacenamiento en la nube, herramientas sociales. Pero el sentido lo dan docentes, estudiantes y centros a través de estrategias concretas para aterrizar sus soluciones en la nueva realidad. Eso sí, han sabido estar ahí. Y se han acercado a las administraciones educativas con propuestas, una iniciativa que no se percibe en la industria editorial.
• Hay un “confinamiento” editorial generalizado. En la industria se detecta una falta generalizada de apertura de los ecosistemas digitales propietarios, mientras otros segmentos educativos están generando propuestas compatibles con otras herramientas. Los modelos que están siguiendo Edelvives o Edebé -provocados por sus acuerdos previos con Google-, dan cierta conexión con otras herramientas digitales distintas y complementarias a las suyas. Es una apuesta por desarrollar su actividad a través de redes de colaboración y de ecosistemas en los que se compatibilizan distintas herramientas para solucionar el problema.
• Cancelación de todos los eventos educativos. Se va a producir un desmoronamiento en una de las líneas de negocio que había crecido con fuerza en los últimos años. Por lo menos en sus versiones presenciales ya que empiezan a promoverse eventos virtuales.
• Creación de mucha capacitación a través de webinar. Este formato va a avanzar con fuerza tras esta crisis y legitimado.
• El deporte sigue siendo educación. A pesar del confinamiento de los estudiantes, existen iniciativas para promover la actividad física y las pautas de vidas saludables en esta situación.
• El elearning son pantallas pero también es oralidad digital. En la combinación entre auriculares y cuaderno hay unas posibilidades de aprendizaje muy prometedoras.
Estas fuerzas no son estáticas ni están definidas al 100%. Seguiremos compartiendo análisis sobre el impacto del COVID – 19 en el mundo educativo. Mientras, podéis acceder a todas las iniciativas que tenemos monitorizadas en este enlace.